Un lugar sagrado y protegido.
El trabajo de un
mangaka es muy diferente del de un autor europeo de comic. Tener que producir más
de mil trescientas páginas por año le
exige una organización mas cercana a la de un realizador de largometrajes que
la de un artista del dibujo. Todo su trabajo se lleva a cabo en su taller, un
lugar de intensa actividad y extremadamente secreto, donde resulta casi
imposible que dejen entrar a un extraño.
La vida laboral de un Mangaka en Japón no es nada fácil. Mucho trabajo que a veces no termina con una
justa recompensa. Pocos son los que llegan a la gloria y en algunos casos, tras
alcanzarla, se retiran a causa del agotamiento.
Si en Japón hay más de 3.000 mangakas, los que han alcanzado la fama son
una mínima parte (sobre el 10% de dicha cifra), pero también es cierto que
alguno de estés mangakas (Rumiko Takahashi, Akira Toriyama, etc…) son de los
mejor remunerados de Japón; sin embargo llegar a la gloria supone muchas horas
de trabajo y decenas de páginas por semana.
El taller del mangaka
Para un fan el manga, el taller de un
mangaka suena a santuario, un templo, un lugar de adoración. Es difícil, por no
decir imposible, que un mangaka deje entrar a un extraño en su taller, de hecho
no es raro que guarden su ubicación como el mayor de los secretos.
Dicho taller es un lugar de intensa
actividad, donde la organización es extremadamente importante para poder
cumplir con los plazos de entrega. El trabajo se organiza cada día, teniendo en
cuenta hasta el más pequeño de los detalles. Normalmente, el Mangaka define
primero con el editor la orientación de los capítulos de la serie para a
continuación elaborar los apuntes y la historia que desarrollará en ellos;
después entran en acción los ayudantes.
Para muchos de estos mangakas, sus
ayudantes son como de la familia, al fin y al cabo son muchas las horas que
pasan juntos, más que con la propia familia.
El Editor
Si hay alguien importante para un mangaka
es el editor; es su agente, su asesor, hasta hace la función de padre
“adoptivo” en algunos casos, e incluso alguna vez esta relación ha llegado a
boda.
Ciclo de trabajo
La rutina semanal de un mangaka suele
consistir en:
·
Lunes: reunión con el editor para acordar
la entrega semanal.
·
Miércoles: entrega de bocetos a lápiz para
aprobación.
·
Viernes: entrega de las páginas para su
maquetación.
Y así semana tras semana, dibujando
incansablemente… Como anécdota contaros algo increíble y es que en caso de
retraso en la entrega, algún editor ha llegado al extremo de encerrar al
mangaka para que termine las páginas exigidas.
Como podéis ver, el trabajo del mangaka no
es nada fácil, quizá por eso no es de extrañar que alguno de ellos, tras
alcanzar el éxito, se retiren. Toriyama, autor de Dragon Ball, cesó
en 1995; Yoshihiro Tagashi, autor de Yû Yû Hakusho, se había
retirado un año antes. Cuando alguno de éstos artistas pone fin a su serie de
éxito, esta no es continuada por otro dibujante, como suele ocurrir en
occidente.
0 comentarios:
Publicar un comentario